En las últimas horas, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, ordenó un cambio de postura con relación a la última reunión de la OEA en la que se consensuó un documento en repudio a la invasión de Rusia a Ucrania, y que su representación diplomática no acompañó, al igual que Argentina, Brasil, Bolivia y Nicaragua.
Según informó el diario El País, de Uruguay, el mandatario pidió ahora adherir “de forma expresa a la carta de condena”. Lacalle Pou ya se había manifestado con relación al conflicto la semana pasada, cuando rechazó “las acciones contrarias al derecho internacional y a los principios de la ONU”, cuando el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó los primeros ataques.
El pasado viernes, los veinticuatro países de la Organización de los Estados Americanos (OEA) presentaron una declaración que condenó enérgicamente la invasión “ilegal, injustificada y no provocada” de Ucrania por parte de Rusia y pidieron la retirada inmediata de la presencia militar rusa en el país de Europa Oriental.
La declaración, leída por la embajadora de Guatemala ante la OEA, Rita Claverie de Sciolli, también pidió a Rusia cesar inmediatamente sus hostilidades y “volver a la vía del diálogo y la diplomacia para la solución de controversias”.
Tanto Rusia como Ucrania son países observadores permanentes de la OEA. Los países que apoyaron la declaración son Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela, que está representada en la OEA por funcionarios afines al líder opositor Juan Guaidó. Durante la reunión, Honduras también pidió unirse a la declaración.
Vista del pleno del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington (EEUU). Fotografía de archivo
Ésta dice que la operación militar rusa en Ucrania es contraria a los “principios de respeto de la soberanía y la integridad territorial, así como a la prohibición de la amenaza o el uso de la fuerza, y a la resolución pacífica de las controversias, que están consagrados en el derecho internacional y en la Carta de las Naciones Unidas”. También hace un llamado a las partes a respetar sus obligaciones de derecho internacional humanitario, “en particular en lo relativo a la protección de la población civil y de quienes ni participan en las hostilidades”.
A pesar de que Bolivia no aparece en la declaración, el embajador de esa nación ante la OEA, Héctor Enrique Arce, dijo en la reunión que su país rechaza la violencia, aboga por el regreso a la mesa de negociación y hace un llamado a la paz.
La embajadora de Ucrania ante Estados Unidos, Oksana Markarova, agradeció la declaración y reunión del viernes y pidió que países aliados impongan fuertes sanciones contra Rusia. También pidió que la OEA elimine el estatus de observador permanente que tiene Rusia. “Pedimos justicia en estos momentos”, dijo en la reunión.
Un funcionario ruso respondió que se ha hecho “una mala interpretación” de la situación en Ucrania y que no se justifican las acusaciones contra Rusia. El funcionario denunció “abuso y genocidio” por parte de Ucrania contra civiles y el apoyo de Occidente a esa violencia. “Nuestros colegas occidentales estaban cubriendo al régimen ucraniano, haciendo caso omiso de los crímenes ucranianos contra civiles inocentes”, dijo el funcionario.
“La federación de Rusia no podía permanecer indiferente ante la militarización de Ucrania y su agresión,” dijo el funcionario. “Las acciones de las fuerzas rusas no están dirigidas contra la población pacífica. Estamos abiertos a la diplomacia”.
La ofensiva de Rusia sobre Ucrania llegó el viernes a las inmediaciones de la capital luego de lanzar ataques aéreos sobre ciudades y bases militares y de entrar al país desde tres flancos en una invasión que podría reescribir el orden de la seguridad mundial tras la Guerra Fría.