Los jefes policiales de la Dirección de Policía de Alto Paraná son los principales beneficiados con el descontrol que actualmente se registra en el departamento, y por ende el contagio masivo del covid-19. Desde hace meses se registra una “falsa normalidad” en la zona, principalmente en Ciudad del Este y ciudades cabeceras, y la Policía Nacional es cómplice.
Los jefes de comisarías, subcomisarías, puestos policiales y hasta destacamentos policiales lucran abiertamente a cambio de permitir farras clandestinas y venta de bebidas alcohólicas en distintos puntos del departamento del Alto Paraná.
Las actividades están restringidas desde las 23:59 hasta las 05:00 horas, según el decreto presidencial nº 4880, que se encuentra vigente hasta la fecha. A pesar de la medida dispuesta por el Gobierno, actualmente la actividad nocturna es normal como si la pandemia del coronavirus hubiera terminado.
Sin embargo, los jefes policiales de la zona lucran abiertamente a cambio de que existiera una “falsa normalidad”, evitando el cumplimiento del decreto del Presidente de la República.
Según la denuncia, los propietarios de salones de eventos, bodegas y fiestas privadas clandestinas deben pagar fuerte sumas de dinero a los jefes policiales a cambio de no ser molestados por uniformados jurisdiccionales.
Los locales de venta de bebidas alcohólicas deben atender al cliente hasta las 22:00 horas de lunes a viernes, y fines de semana hasta las 23:59 horas. Sin embargo, hay bodegas abiertas las 24 horas.
Hace meses que la Policía Nacional no reporta de intervenciones en fiestas privadas como cumpleaños y hasta casamientos, situaciones que se registraban casi a diario durante la cuarentena estricta registrada el año pasado. Esto a pesar de las restricciones que actualmente se encuentran vigentes.
FARRA CON PERMISO
Un claro ejemplo es lo ocurrido el domingo de noche y la madrugada del lunes últimos, en el barrio San Rafael de Presidente Franco, donde el playero Gerardo Andrés Guillén Prieto (29), en compañía de sus amigos, farreaba con música a todo volumen en su propiedad privada.
Los vecinos tuvieron que manifestarse para que los agentes de la comisaría sexta jurisdiccional pudieran intervenir. Sin embargo, Guillén Prieto y sus amigos no fueron demorados a pesar de que cometieron polución sonora y violación de la cuarentena sanitaria, según la denuncia.
El propio jefe de la comisaría sexta, comisario principal Alberto Báez López, sería el protector de Guillén Prieto, quien en varias oportunidades ya fue denunciado por los vecinos, pero nunca fue “molestado” por los uniformados.
(Sala de Prensa com TNPress)